Magnate regala a su mujer una isla en Asia para que tome el Sol

Hay personas con tanto dinero que comprar una isla privada es simplemente una cuestión de comodidad. El mundo de los ricos de Dubái es así, lleno de lujos y caprichos que alcanzan niveles inimaginables.

Este es el caso de Jamal, un empresario que decidió comprar una isla en Asia a su esposa Soudi Al Nadak por 50 millones de dólares.

¿Cuál es el motivo? que ella pudiera sentirse libre de usar bikini sin las limitaciones culturales de Dubái, ciudad capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Soudi, una influencer con más de 336.000 seguidores en Instagram, compartió esta noticia con una naturalidad asombrosa. “POV: Querías usar un bikini, así que tu esposo millonario te compró una isla”, escribió en una publicación, reseña el diario argentino El Clarín.

¿Esposa o una esclava con todos los lujos?

La compra de una isla privada fue una inversión planificada desde hace tiempo para esta pareja, además de ser un capricho de lujo.

Soudi explicó que habían estado buscando durante mucho tiempo un lugar único donde ella pudiera sentirse segura y libre. Sin embargo, Jamal finalmente decidió hacer realidad su sueño comprando la isla.

Ahora ella puede hacer lo que quiera porque solo la verá su esposo.

El Mirror afirma que la ubicación exacta de la isla se mantiene en secreto por motivos de privacidad. Se sabe únicamente que se encuentra en un punto desconocido de las aguas asiáticas. Es evidente que esta pareja está buscando disfrutar de su riqueza sin restricciones, tal y como lo han hecho tradicionalmente.

Soudi suele compartir momentos extravagantes de su vida cotidiana en las redes sociales. Su prensa describe compras extravagantes, tratamientos de belleza costosos y cenas en los restaurantes más exclusivos.

Todo, sin duda, es la amabilidad de su esposo. En uno de sus videos, comenta entre risas: «Mi única regla en la vida es estar siempre guapa». Como demostró en otro de sus videos recientes, ahora es más fácil cumplir esa premisa cuando es posible volar a Londres con todo lujo para hacer compras en Harrods. Además, ha pedido disculpas a sus seguidores por no estar presente porque «estaba gastando».

Para muchos, esto parece sacado de un cuento de hadas moderno, pero en el lujoso mundo de los millonarios de los Emiratos Árabes, estos caprichos son solo una parte de la rutina. Con la misma facilidad con la que otros hacen simples recados, se acumulan regalos extravagantes, compras con muchos ceros y viajes de ensueño.

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