Hace cuatro años que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la Covid-19 se había convertido en una pandemia global, generando una enorme cantidad de preguntas que en ese momento no tenían respuestas, hasta hace poco que la comunidad científica ha estudiado de manera minuciosa el comportamiento de la enfermedad.
Desde entonces, los científicos han descubierto algunos de los mayores misterios de la Covid-19 en los últimos cuatro años. Ahora sabemos mucho más sobre cómo se propaga (no, mantener una distancia de dos metros no es una protección garantizada), por qué no parece enfermar tanto a los niños como a los adultos y por qué puede causar síntomas poco comunes. Examine a continuación lo que hemos aprendido.
¿Por qué las experiencias de la gente con COVID-19 varían tanto? Además, ¿realmente existen personas que no se han contagiado?
La mayoría de los estadounidenses han sido infectados con el coronavirus al menos una vez. La mayoría de las personas infectadas tenían síntomas similares a los de la gripe, pero algunas fueron hospitalizadas con graves dificultades respiratorias y otras no presentaron ningún síntoma.
Parte de esto se puede explicar por la cantidad de virus a la que estamos expuestos, pero nuestro cuerpo también juega un papel muy importante. Los síntomas suelen ser más graves en los adultos mayores y en las personas con problemas de salud porque sus sistemas inmunológicos ya están debilitados.
En algunos casos, el cuerpo puede combatir el virus antes de que se multiplique lo suficiente como para causar síntomas o deshacerse de él lo suficientemente rápido como para dejar de dar positivo. También hay pruebas sólidas de que la vacunación reduce el curso de la enfermedad.
Los expertos dicen que las personas que nunca han sido infectadas tienen más probabilidades de estar completamente vacunadas, tomar precauciones (usar mascarilla, evitar multitudes) o trabajar desde casa.