‘Shogun‘, un clásico de la literatura bajo la pluma de James Clavel, con una reciente adaptación en streaming, que explora el antiguo Japón medieval desde varios puntos de vista, siendo uno de los más curiosos el poder de influencia del imperio de Portugal sobre la nación nipona cuando se gestaba una batalla entre cinco señores feudales para apropiarse del shogunato más importante.
Además, se muestra en la pantalla, así como en el libro, la marcada presencia de la lengua portuguesa, los misioneros y hasta la influencia de su religión en trascendentales decisiones en las más altas esferas del feudo japonés.
La trama
Esta historia que adapta el libro homónimo, tuvo ya una versión para televisión en los ochentas; sin embargo, esta nueva producción es escrita por Rachel Kondo y Justin Marks.
La trama comienza en medio de una crisis por hacerse del poder del shoguntao más importante del país, después que El Taiko Toyotomi Hideyoshi (Yukijiro Hotaru) acaba de morir y su único heredero, es un niño pequeño incapaz de gobernar. Lo que permite que el feudo se encuentre entre el debate por una sucesión más ponzoñosa y cargada de intereses oscuros. Todo esto, desembocará en una transición brutal entre 1598 y 1600.
De la misma manera que la historia real en que se basa, Yoshii Toranaga (Hiroyuki Sanada), comienza una guerra total, que le permitirá tomar el control sobre el resto de los regentes que vigilan el destino del heredero. A la vez, instaurar una nueva era en la región.
Sin embargo, uno de los aspectos más curiosos de esta compleja situación política es que, además de las cuestiones relacionadas con la estabilidad interna del shogunato, los individuos deben enfrentar otros desafíos. Los sacerdotes españoles y portugueses están involucrados en decisiones internas complicadas. ¿Cuál es la razón por la cual ambos países tienen una mayor influencia en la región que el resto de Europa? ¿Cuál es la razón detrás del conflicto entre los reinos de Inglaterra y el español?
La geopolítica en ‘Shogun’
La trama de ‘Shogun‘ se basa en tres elementos diferentes, al igual que en el libro. Primero, todos los sucesos que llevarían a la llegada de la dinastía Edo. La muerte del Taiko Toyotomi Hideyoshi, la gestión de cinco figuras poderosas alrededor de su hijo y la disputa de poder entre ellas. En segundo lugar, se lleva a cabo la batalla del daimyo Toranaga para obtener el control total. Finalmente, al igual que todo lo anterior, se sentía presionado por las relaciones con el extranjero que el país intentaba equilibrar en ese momento.
Los tres escenarios muestran una transformación significativa en política y cultura. En particular, la forma en que los misioneros, que también eran embajadores culturales, ejercían presión en múltiples direcciones. Naturalmente, la situación permitió una confrontación similar.
En Europa comenzaba la Reforma Protestante mientras en Japón la figura imperial se transformaba en una figura espiritual en lugar de política, lo que tendría un impacto en el centro de la región, que generó una disputa entre Martín Lutero y sus seguidores Juan Calvino y el monarca inglés Enrique VII. El resultado de todo esto fue una guerra cruel entre Inglaterra, que había rompido con la Iglesia, y España, que era muy católica.
En Europa actualmente se está produciendo una crisis social debido a las intenciones expansivas del rey Felipe II, cuyo objetivo era imponer la Contrarreforma. La destrucción del cristianismo era lo más importante en esa época, lo que llevó a varias cabezas coronadas a unirse por el mismo objetivo: expandir sus creencias religiosas en el mayor territorio posible.
Portugal se unió a España. Juntos, conquistaron gran parte de América Central y Sudamericana. Por lo tanto, el siguiente objetivo era Asia, donde Portugal llegaría en 1543. Eso, a través de un grupo de religiosos cristianos que también tenían conocimiento de los argumentos de poder que les permitían influir en el país.
Batalla a ciegas
Este grupo, que solo hablaba portugués, tenía riquezas para distribuir y recibió especial atención de la Corte de España y Portugal para evangelizar a la mayor cantidad posible de japoneses. Durante este tiempo, participar en cualquier tipo de elecciones que puedan ayudar a difundir el evangelio cristiano por el territorio. Por lo general, apoyaban a varios señores feudales cuya amistad podía beneficiar sus objetivos.
Aunque, a diferencia de lo que se muestra en ‘Shogun‘, los misioneros no tenían la habilidad de persuadir a los líderes políticos para que cambiaran de opinión. En realidad, tenían la capacidad de influir en sus elecciones para favorecer al cristianismo y a los pocos europeos presentes en la zona. Lo que, de hecho, hicieron durante la transición al período Edo.