Por primera vez desde que se tienen registros, el cannabis ha superado al alcohol como droga de elección diaria de los estadounidenses.
En 2022 había 17,7 millones de personas que declararon consumir cannabis todos o casi todos los días, frente a los 14,7 millones que declararon consumir alcohol con la misma frecuencia, según un estudio publicado el miércoles en la revista Addiction, que analizó datos de la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud de EE. UU.
Aunque el número de personas que beben es mucho mayor que el de las que consumen cannabis, beber con frecuencia se ha vuelto algo menos habitual que hace unos 15 años, según el estudio. Sin embargo, la proporción de personas en EE. UU. que consumen cannabis con frecuencia se ha multiplicado por 15 en las tres décadas transcurridas desde 1992, cuando el consumo diario de cannabis alcanzó su punto más bajo.
La legalización del cannabis también se ha acelerado rápidamente desde la década de 1990. Actualmente, la droga es legal para uso recreativo en 24 estados y en Washington D.C., y para uso médico en 38 estados y D.C.
Según Jonathan P. Caulkins, profesor de Política pública del Heinz College de la Universidad Carnegie Mellon, el fuerte aumento de la prevalencia del consumo frecuente de cannabis en las últimas tres décadas podría atribuirse en parte a la creciente aceptación de la droga. Además, dado que los datos de la encuesta eran autodeclarados, es posible que ahora la gente se sienta más cómoda revelando con qué frecuencia la consume.
Aun así, “no creo que para la mayoría de los usuarios diarios o casi diarios sea una actividad beneficiosa para la salud”, añadió. “Para algunos, es verdaderamente perjudicial”.
Varios expertos que no participaron en la investigación afirmaron que las conclusiones del estudio eran preocupantes. Los partidarios de legalizar el cannabis han argumentado que su amplia disponibilidad alejaría a la gente de los perjuicios del alcohol, dijo Beatriz Carlini, profesora asociada de investigación en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Washington en Seattle.
Pero los datos del estudio, que muestran solo un ligero descenso en el consumo frecuente de alcohol, sugieren que no ha sido así.
“Es desalentador”, afirmó.
Carlini y otros autores señalaron que las concentraciones de THC, el componente psicoactivo de la marihuana, han aumentado drásticamente a lo largo de los años.
En 1995, la concentración de THC en las muestras de cannabis incautadas por la Administración para el Control de Drogas era de alrededor del 4 por ciento. En 2021, era de un 15 por ciento. Y ahora los fabricantes de cannabis están extrayendo THC para hacer aceites, comestibles, cera, cristales del tamaño del azúcar y productos similares al vidrio llamados shatter con niveles de THC que pueden superar el 95 por ciento.
En la última década, la investigación ha demostrado que el consumo frecuente de cannabis —y en particular el uso de productos de alta potencia con niveles de THC superiores al 10 por ciento— es un factor de riesgo para la aparición de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
“Pero eso no quiere decir que un consumo menos frecuente —mensual o anual— sea necesariamente seguro”, dijo Michael Murphy, profesor adjunto de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard y psiquiatra del Hospital McLean de Belmont, Massachusetts.
“A medida que aumenten las tasas de consumo de cannabis entre los jóvenes, también aumentarán las tasas de trastornos psicóticos”, dijo.
El riesgo de desarrollar síntomas psicóticos es mayor para quienes consumen cannabis antes de los 25 años, quienes lo consumen con frecuencia, quienes tienen una predisposición genética (por ejemplo, un progenitor o un hermano con un trastorno psicótico) o quienes sufrieron acontecimientos estresantes como abusos, pobreza o abandono durante la infancia.
En los estados que han legalizado el cannabis para uso recreativo, cualquier persona mayor de 21 años puede comprarlo.
Según los expertos, quienes consumen cannabis con frecuencia también corren el riesgo de desarrollar adicción, así como el síndrome de hiperémesis cannabinoide, una enfermedad que provoca vómitos recurrentes.
Este último estudio llega justo después de que el gobierno de Joe Biden rebajó la semana pasada la categoría de la marihuana, de la más restrictiva, la Lista I, a la Lista III, que incluye fármacos con un riesgo de abuso entre bajo y moderado.
La encuesta no recogía información sobre las concentraciones de THC en los productos adquiridos por los consumidores frecuentes ni señalaba la frecuencia con la que los encuestados consumían cannabis cada día.