Charlie Beardshall-Moore, una joven de 24 años, llevaba una vida muy activa y practicaba deportes con regularidad hasta que los médicos determinaron que era necesario amputarle la pierna debido a una grave infección.
Según relata Charlie, solía salir todos los días, nadar, trabajar y hacer las compras como cualquier persona normal. Sin embargo, en 2021, desarrolló una ampolla en el pie después de usar unas zapatillas deportivas.
Aunque al principio no parecía preocupante, Charlie intentó tratar la ampolla por su cuenta, lo que resultó en una infección. Finalmente, tuvo que acudir al médico cuando la infección empeoró, manifestándose con pus y un crecimiento continuo.
Luego de acudir a varios médicos, se determinó que tenía una sepsis y que lo único que podía detener esta infección era la amputación, pues ya había vivido tres años así.
«Es difícil comprender cómo pasé los últimos tres años caminando de puntillas y de repente me amputaron la pierna. Extraño ser autosuficiente«.
Tras realizarse el procedimiento, la joven de 24 años contó que su vida nunca volvió a ser la misma: «Ahora he perdido mi independencia y tengo que depender de mi pareja y mi abuela».
Adicional a esto, tuvo que asistir a terapia psicológica intensiva debido al trauma que le causó la repentina amputación de su extremidad.
«Hay un equipo de salud mental que se ocupa de mí. Pero estoy luchando, lidiando con la depresión cuando lo único que quiero es vivir como cualquier otro joven de 24 años. Tal como están las cosas, estaré en una silla de ruedas durante los próximos tres meses», puntualizó.