Parece ser el primer caso de este tipo en Suiza, donde la policía realizó varias detenciones después de que una persona presuntamente se quitara la vida utilizando una controvertida cápsula de aspecto futurista diseñada para el suicidio.
Las personas fueron arrestadas por sospechas de incitar, ayudar e incitar al suicidio.
El lunes, el dispositivo se utilizó en una cabaña en el bosque de Merishausen, una región poco poblada de Suiza en la frontera con Alemania.
La cápsula «Sarco«, que tiene un diseño aerodinámico, causa la muerte por asfixia cuando su ocupante libera gas nitrógeno en su interior, lo que reduce la cantidad de oxígeno a niveles mortales, explica la BBC de Londres.
En julio, un grupo que promueve la muerte asistida dijo que esperaba que el dispositivo fuera utilizado por primera vez este año.
La cápsula Sarco tiene como objetivo permitir que alguien que se sienta en un asiento reclinable presione un botón desde el interior, lo que inyecta gas nitrógeno en la cámara sellada. Además, tiene un botón para salir en caso de emergencia.
El debate
El dispositivo portátil, que se puede imprimir en 3D y construir en casa, según los defensores de la cápsula, ofrece una alternativa que no depende de medicamentos ni de médicos y amplía el acceso a la eutanasia.
Aunque en Suiza se permite la muerte asistida en ciertos casos, la cápsula Sarco ha sido objeto de críticas y ha generado un intenso debate.
Los críticos temen que el diseño contemporáneo de la cápsula fomente el suicidio y que pueda ser operado sin supervisión médica.
La ministra de Salud, Elisabeth Baume-Schneider, dijo en el Parlamento suizo que el uso de la cápsula Sarco no sería legal.
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«Por un lado, no cumple con las exigencias de la ley de seguridad de los productos y, por lo tanto, no debe ponerse en circulación», afirmó.
Por otro lado, el artículo sobre el propósito de la ley de sustancias químicas no acepta el uso correspondiente de nitrógeno.
«Desmedicalizar el proceso de morir»
En julio, el periódico suizo Blick informó que Peter Sticher, un fiscal estatal de Schaffhausen, escribió a los abogados de Exit International, una organización que fomenta el uso de la cápsula, advirtiéndoles que cualquier operador del dispositivo podría enfrentarse a un proceso penal y a varios años de prisión.
Los fiscales de otras partes de Suiza han advertido que el uso de la cápsula controvertida podría llevar a un juicio.
Incluso hace unos meses, una mujer estadounidense de 54 años con varias afecciones de salud tenía la intención de ser la primera en utilizar el dispositivo, pero los planes no se llevaron a cabo.
Suiza es uno de los pocos países del mundo donde los extranjeros pueden realizar un suicidio asistido, y tiene varias organizaciones que ayudan a las personas a realizar sus planes.
Sin embargo, en Suiza se prohíbe la eutanasia, lo que significa que los médicos pueden matar a los pacientes a su pedido y en situaciones particulares.
Algunos legisladores suizos han intentado poner fin a lo que llaman lagunas legales, argumentando que la ley no es clara.
Exit International declaró en un comunicado que, en relación con el caso que está siendo investigado, una mujer de 64 años del Medio Oeste de Estados Unidos, que había sufrido un «grave compromiso inmunológico», falleció el lunes por la tarde cerca de la frontera alemana utilizando la cápsula de suicidio.
Según la organización, la única persona presente fue Florian Willet, copresidente de The Last Resort, una subsidiaria suiza de Exit International, quien describió su muerte como «pacífica, rápida y digna».
Philip Nitschke, el creador de la cápsula suicida, ha defendido en el pasado que no se comercializará de manera tradicional.
En su lugar, el médico afirmó que tenía la intención de publicar los planos para que cualquier persona pudiera descargarlos sin costo.
En una entrevista publicada en el sitio web de la organización benéfica de muerte asistida Exit International, que él mismo fundó, afirmó que su objetivo es «desmedicalizar el proceso de morir».
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