Adiós para siempre a los metales en la industria: el material que predijo la ciencia-ficción y acaban de producir

Tanto la comunidad científica como la creciente conciencia de contrarrestar lo más que se pueda el calentamiento global, mediante la reducción de dióxido de carbono, se busca frenéticamente descubrir nuevos materiales resistente y sostenible que le pueda proporcionar a los arquitectos el equilibrio entre naturaleza y progreso.

Un material extremadamente resistente que promete superar tanto al acero como al aluminio en resistencia se ha descubierto recientemente por un grupo de científicos. Este avance no solo permite innovaciones estructurales y tecnológicas, sino que también podría reducir significativamente la producción de dióxido de carbono.

Al ser más ligero, permitiría la construcción de infraestructuras más eficientes en términos de consumo y más livianas para una variedad de aplicaciones, lo que contribuiría de una vez por todas a reducir la huella ambiental causada por la construcción de edificios y grandes proyectos arquitectónicos hechos con materiales altamente contaminantes.

El Galvorn

Galvorn, un material que ya habría sido aprobado por DexMat, una empresa especializada en el desarrollo de materiales. La mencionada confirma las afirmaciones anteriores y demuestra que, debido a sus múltiples ventajas, este nuevo material podría ser utilizado en sectores como la construcción, la automoción y la aviación.

Los nanotubos de carbono (CNT) fueron fundamentales para este desarrollo. Ha sido objeto de intensas investigaciones desde su descubrimiento en 1952 por los científicos rusos Radushkevich y Lukyanovich.

Estos diminutos cilindros tienen un diámetro 100.000 veces más pequeño que un cabello humano y exhiben propiedades físicas muy atractivas y útiles cuando se implementan en proyectos altamente complejos. La estructura de los CNT está formada por átomos de carbono con bases hexagonales, lo que les confiere una excelente resistencia y conductividad.

Los termistores NTC o de coeficiente de temperatura negativo se caracterizan por su robustez, flexibilidad, ligereza y buena conductividad eléctrica. Estas propiedades los convierten en componentes esenciales en diversos campos, desde la electrónica hasta la medicina, la energía y la construcción.

Además, su resistencia a los cambios rápidos de temperatura y su capacidad de adaptarse a diferentes entornos los convierten en elementos fundamentales en la producción de dispositivos electrónicos, sistemas energéticos eficientes, dispositivos médicos de precisión y aplicaciones arquitectónicas innovadoras.

Alternativa viable

Este material sustituto del metal tiene propiedades asombrosas y no sólo muestra ventajas en términos de resistencia y eficiencia eléctrica, sino que también contribuye de manera importante en medio de la alarmante crisis climática.

Su capacidad para reducir las emisiones de carbono lo convierte en un recurso valioso en la lucha contra el cambio climático.

Elemento clave de la tecnología verde y los procesos sostenibles, este material innovador no solo cumple con los requisitos técnicos sino que también es un aliado esencial en la promoción de prácticas respetuosas con el medio ambiente. ¿Entiendes dónde está la innovación? Difícilmente encontrarás una alternativa más eficaz y moderna que utilice metal. Su proceso de producción no sólo utiliza fuentes de carbono renovables, sino que también sirve como un medio valioso para el secuestro de carbono a largo plazo.

“Al utilizar metano como materia prima, este gas de efecto invernadero no ingresa directamente a la atmósfera y, como se produce con energía renovable, el uso de energía es nulo”, explica la empresa.

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