Alex Saab nuevo encargado de inversiones en Venezuela


Este lunes, 15 de enero, durante su discurso anual ante la Asamblea Nacional, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció que el empresario colombiano Álex Saab asumirá la presidencia del Centro Internacional de Inversiones Productivas (CIIP), organismo que previamente estaba a cargo de Félix Plasencia, ex canciller y ex embajador de Venezuela en Colombia.

Maduro destacó que la designación de Álex Saab se debe a su experiencia, con el objetivo de que contribuya al país en la atracción de inversiones y al fortalecimiento de las fuerzas económicas a nivel mundial. Esta decisión busca impulsar el desarrollo económico y la llegada de recursos financieros a Venezuela, según explicó el presidente durante su informe ante la Asamblea Nacional.

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En noviembre de 2011, los entonces presidentes de Venezuela y Colombia, Hugo Chávez y Juan Manuel Santos, protagonizaron una reunión que pasaría a la historia.

Chávez entonó cánticos, mientras Santos lograba abrir la puerta a un proceso de paz con la guerrilla de las FARC, lo que eventualmente le valdría el premio Nobel de la Paz. Sin embargo, en ese mismo encuentro, un empresario colombiano, Alex Nain Saab Morán, firmó un acuerdo de inversión social que, con el tiempo, se convertiría en el punto de origen de uno de los presuntos esquemas de corrupción más resonantes en la historia reciente de Venezuela.

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El 20 de diciembre, este empresario volvió a acaparar titulares después de que el gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decidiera liberarlo de la cárcel de Miami, donde estaba detenido bajo cargos de conspiración para blanquear dinero.


Su liberación tuvo lugar como parte de un acuerdo bilateral, en el cual el gobierno de Maduro se comprometió a liberar a 10 ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela.


Cuando fue detenido en Cabo Verde, Saab se encontraba bajo solicitud de la Interpol, enfrentando acusaciones de conspiración, lavado de activos y enriquecimiento ilícito en nueve países.

En caso de haber sido condenado en Estados Unidos, Saab podría haber enfrentado una pena de hasta 20 años de prisión. La investigación que llevó a su arresto, en medio del océano Atlántico, se originó en Estados Unidos, donde fiscales federales en Miami lo acusaron de lavado de dinero relacionado con un proyecto que fue firmado en presencia de Chávez y Santos el 28 de noviembre.

Adicionalmente, el gobierno estadounidense lo señalaba como presunto testaferro de Maduro en una extensa red de narcotráfico, lavado de dólares y adjudicación fraudulenta de contratos oficiales millonarios.

El 28 de noviembre de 2011 marcó una de las pocas ocasiones en que el mundo pudo ver el rostro de este empresario barranquillero de ascendencia libanesa, generalmente descrito como un individuo de bajo perfil. Su conexión con la dirigencia chavista se estableció a través de su amistad con la política colombiana Piedad Córdoba, cercana a Chávez y figura clave en el proceso de paz en Colombia.