Miles de hectáreas están en llamas en la región amazónica, poniendo en peligro la vida y la tierra en varios países sudamericanos, mientras las autoridades se esfuerzan por controlar el fuego. El informe es propiedad de Gustavo Valdés.
En lo que respecta a los incendios forestales, Suramérica ha experimentado un año particularmente catastrófico, especialmente en los últimos meses. El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) ha informado que las emisiones han superado sistemáticamente la media, superando incluso récords nacionales y regionales.
La mayoría de los incendios y las emisiones provienen de la Amazonia, la selva tropical más grande del planeta, y del Pantanal, el humedal más grande del mundo. Las emisiones de carbono en este año son las más altas de los 22 años de datos del CAMS, con algo más de 28 megatoneladas de carbono en ambos puntos.
Hasta el 19 de septiembre, las emisiones acumuladas de dióxido de carbono generadas por los incendios en Brasil, incluyendo parte de las dos áreas afectadas, fueron superiores a la media. Según el servicio europeo Copernicus, solo en el mes de septiembre se han emitido 65 megatoneladas de carbono.
Los incendios y las emisiones históricas se deben a los combustibles fósiles, los cuales contribuyen al cambio climático. La atmósfera se calienta por la quema de carbón, petróleo y gas, lo que hace que las llamas prendan con más facilidad y sean más difíciles de apagar.
Calentamiento global
El calentamiento provocado por los combustibles fósiles está haciendo que estos ecosistemas vitales sean más secos e inflamables, según el World Weather Attribution (WWA), el grupo de especialistas conocido por determinar cuánto influye el cambio climático en un evento extremo.
Un estudio publicado en agosto encontró que el cambio climático aumentó las condiciones de calor, sequedad y viento que causaron los incendios forestales del Pantanal en junio, que involucraron a tres países: Brasil, Bolivia y Paraguay. Estos incendios fueron un 40% más intensos y tuvieron una probabilidad de entre 4 y 5 veces mayor. Además, en enero sacaron otro estudio donde señalaban que el cambio climático fue el principal causante de la excepcional sequía de la cuenca de la Amazonia de 2023.
En Bolivia, la situación es igualmente preocupante. El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus ha informado que las emisiones de carbono alcanzaron unas 73 megatoneladas hasta mediados de septiembre, lo que representa el nivel más alto registrado desde que se tienen datos. Las emisiones han superado las 32 megatoneladas solo en este mes. Sin embargo, en contraste con Brasil, los incendios en el Pantanal no han tenido un impacto significativo, sino que han sido más influyentes los incendios que se han originado en Santa Cruz.
Desde Copernicus, consideran que la ocurrencia de estos incendios forestales es fuera de lo normal, incluso teniendo en cuenta que el período de julio a septiembre es el período en el que los incendios forestales suelen ocurrir en la región. Por lo tanto, indican que las temperaturas extremadamente altas, la sequía prolongada indicada por la baja humedad del suelo y otros factores climáticos son los principales responsables.
“El transporte de humo ha tenido un impacto mucho más allá de las proximidades de donde han estado ardiendo los incendios, llegando incluso a cruzar el Atlántico. La escala del transporte de humo y los impactos en la calidad del aire son un indicador de la escala e intensidad de los incendios. Es imperativo seguir vigilando estos incendios forestales y sus emisiones para rastrear su impacto en la calidad del aire y la atmósfera”, sostiene Mark Parrington, científico principal del Servicio de Vigilancia Atmosférica Copernicus (CAMS).
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