El viernes 7 de junio de 2024, un ataque con explosivos lanzados desde drones sacudió el comando policial de Popayán, ciudad capital del convulso departamento del Cauca en Colombia, mientras que presuntos disidentes de las FARC detonaron un carro bomba en el vecino departamento del Valle del Cauca.
Fuentes de la Policía de Colombia confirmaron que el ataque en Popayán tuvo lugar durante la tarde del viernes, sin que hasta el momento se reporten víctimas mortales.
Videos e imágenes difundidos en redes sociales y medios locales muestran cómo los artefactos explotaron en áreas verdes, causando daños en puertas y ventanales de la infraestructura policial.
Además, la alcaldía del municipio de Jamundí, en el vecino departamento del Valle del Cauca, denunció la detonación de un carro bomba en el caserío de Robles.
Las fuerzas militares señalaron que el Ejército está presente en Robles y que hasta el momento «no se registran miembros de la Fuerza Pública y civiles heridos» en esta población donde el mes pasado disidentes de las FARC perpetraron otro atentado.
Ministro confirmó «acciones de terrorismo»
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, confirmó los dos ataques: «Me han informado de las dos acciones de terrorismo, no se pueden llamar de otra manera. Evidentemente tenemos confirmar la autoría, pero uno podría pensar de dónde vienen este tipo de ataques».
Esto en referencia a que el grupo que suele cometer estos atentados en el suroeste del país es el Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC que está dividida en dos grupos: uno liderado por alias ‘Iván Mordisco’, que es el que hace este tipo de acciones, y otro que busca seguir negociando la paz con el Gobierno.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ordenó el mes pasado no reanudar el cese el fuego con el EMC, ni establecer un diálogo tras la escalada de violencia en el suroeste del país.
Las acciones de esa guerrilla se han intensificado en esa región del país luego de que en marzo pasado el Gobierno suspendió el cese el fuego bilateral en los departamentos de Nariño, Valle del Cauca y Cauca, todos en el suroeste del país, por la violencia de ese grupo armado contra indígenas y contra la Fuerza Pública.