Después de que su oponente Marine Le Pen ganara con claridad las elecciones al Parlamento Europeo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, decidió convocar elecciones parlamentarias anticipadas para finales de este mes.
Según estimaciones realizadas este lunes, la Agrupación Nacional, la fuerza política de extrema derecha de Le Pen, obtuvo el 31,4 % de los votos, mientras que Renacimiento, la coalición liberal de Macron, se quedó en el 14,6 % y los socialdemócratas en el 13,8 %, a la espera de conocer los resultados definitivos.
El presidente anunció la disolución del Parlamento el domingo 9 de junio y anunció que las dos rondas electorales se llevarán a cabo pocas semanas antes de los Juegos Olímpicos de París, el 30 de junio y el 7 de julio.
El mensaje
Macron tomó la decisión inesperada en un discurso televisado desde el Palacio del Eliseo una hora después de que los colegios electorales cerraran y los resultados de las encuestas a pie de urna en las elecciones europeas en Francia fueran anunciados.
El anuncio llegó poco después de que el líder de Agrupación Nacional, el joven de 28 años Jordan Bardella, pidiera abiertamente al presidente que convocara elecciones parlamentarias.
«He escuchado su mensaje», comunicó el presidente a los votantes franceses, «y no lo dejaré pasar sin una respuesta».
«Francia necesita una mayoría clara en serenidad y armonía», afirmó, añadiendo que no puede resignarse a los avances de la extrema derecha «en todo el continente».
Macron no cuenta con una mayoría en el Parlamento francés a los dos años de su segundo mandato como presidente. A pesar de que las elecciones europeas en teoría no tienen nada que ver con la política nacional, él ha decidido que seguir gobernando sin hablar con los votantes pondría demasiada presión sobre el sistema.
El cargo de Macron no está en peligro en las próximas elecciones parlamentarias, ya que son independientes de las presidenciales y el líder francés aún tiene tres años de mandato por delante.
Le Pen, quien fue derrotada dos veces por Macron en las elecciones presidenciales, respondió al adelanto electoral afirmando que su partido estaba preparado para ejercer el poder y acabar con la inmigración masiva.
Opción de mucho riesgo
La convocatoria de elecciones anticipadas es una gran sorpresa para el país y un riesgo para el presidente, que podría haber reaccionado de otra manera.
Si hubiera continuado, podría haber justificado la victoria abrumadora de la extrema derecha como una anomalía en Europa que se solucionaría en elecciones nacionales.
Podría haber confiado en que la próxima Eurocopa de fútbol en Alemania y, especialmente, los Juegos Olímpicos de París mantendrían a la población afuera de la política durante unos meses.
No cabe duda de que muchos expertos en París creían que aceptaría la derrota de su partido.
Algunos sostienen que el presidente anticipó el desastre.
Habría tenido mucho tiempo para considerar sus opciones porque el resultado de las elecciones fue una reproducción casi exacta de las encuestas.
El problema es que no avanza.
Es imposible que la Asamblea Nacional apruebe cualquier proyecto de ley sin una mayoría.
Cualquier nueva ley, como el próximo presupuesto, podría generar una gran controversia debido a la clara oposición de la mayoría del país.
Es por esta razón que ha optado por la «transparencia»: si Agrupación Nacional obtiene los votos, considera que debería tener la oportunidad de gobernar.
El presidente espera con claridad que su partido Renacimiento logre una nueva victoria en las elecciones del 30 de junio y el 7 de julio, así como que otros partidos también ganen popularidad.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que Agrupación Nacional puede obtener otra victoria. Aunque tal vez no tenga la misma fuerza que la del domingo, sí es lo suficientemente significativa como para convertirse en el partido mayoritario en el Parlamento francés.
Esto podría conducir a Marine Le Pen o incluso Jordan Bardella a la presidencia del país.
El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, advirtió que las elecciones parlamentarias que se llevarán a cabo en Francia podrían tener «los efectos más graves» en la historia moderna del país.
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