Ha llegado el momento histórico. Este lunes 15 de abril de 2024, Donald Trump, expresidente de Estados Unidos y candidato de facto presidencial republicano para competir con Joe Biden en noviembre, se convirtió en el primer ocupante del Despacho Oval en la historia que se sienta en el banquillo de los acusados en un caso penal.
Lo hace por 34 delitos que el fiscal Alvin Bragg le imputó hace un año después de convencer a un gran jurado de falsificar documentos para ocultar el pago de 130.000 dólares que su abogado y «todo para todo» Michael Cohen hizo antes de las elecciones de 2016 para silenciar a Stormy Daniels, la estrella del porno con la que afirma tener una relación sexual en 2006.
Aunque el pago en sí mismo no constituye un delito, la falsificación de documentos sí lo es y se considera grave debido a la afirmación de la fiscalía de que se llevó a cabo con la intención de interferir en las elecciones, violando las leyes de financiamiento de campaña federales y estatales.
Expectativas
La jornada pública para Trump ha empezado unos 20 minutos antes de las nueve de la mañana, cuando ha bajado de su ático en la Torre Trump y se ha metido en el todoterreno que, acompañado por una comitiva, le ha llevado por la FDR, una de las vías que rodea Manhattan, hasta el edificio de los tribunales en la calle Centre, en el ‘downtown’ de la isla.
Algunas cadenas de televisión, como Fox News, han transmitido en vivo el recorrido de 20 minutos por carreteras cortadas al tráfico, una tarea difícil que se repetirá durante los días laborables de un juicio que se espera que dure entre seis y ocho semanas. A pesar de que se esperaba que no se llevaran a cabo sesiones los miércoles, el juez encargado del caso, Juan Merchan, ha expresado la posibilidad de que se produzcan modificaciones.
También frente al edificio de tribunales se notaba el interés de la prensa por un evento tan importante y impactante, ya que había decenas de cámaras y reporteros ubicados frente a la entrada para los directos y decenas de periodistas esperando para entrar a seguir un proceso que no será transmitido. 58 periodistas estaban seguros de tener su lugar dentro (aunque durante la selección del jurado solo seis entrarán a la sala 1523 donde se llevará a cabo el juicio). Este lunes, otros 56 periodistas también han logrado reservar un lugar en la sala adicional reservada para ellos. Decenas de personas se han quedado a la espera.
Sin embargo, en la plaza frente al tribunal solo había un pequeño grupo de personas que se manifestaban a favor y en contra de Trump, lo que fue significativamente menos que el año pasado, cuando Trump acudió al mismo lugar para ser imputado formalmente y declararse «inocente» de los cargos.
Triunfos y derrotas
Antes de que arrancara el juicio formalmente con los primeros pasos para la selección del jurado han tenido lugar algunas cuestiones de procedimiento previo donde Trump, que al tratarse de un caso penal está obligado a estar presente, ha cosechado derrotas pero también victorias.
En cuanto a los fracasos, el juez Merchan, quien preside el caso y al que Trump ha intentado alejar del proceso alegando su supuesta parcialidad, ha rechazado una vez más la recusación. La defensa argumenta que el magistrado realizó una entrevista en un medio y un podcast y expresó su descontento con los políticos que utilizan Twitter (ahora llamado X) y, en particular, que su hija ha trabajado para una consultoría propiedad de los demócratas. El magistrado ha declarado que aquí no hay una agenda (política). “Queremos que se cumpla la ley y se haga justicia”.
Para satisfacción de Trump y su defensa, en cualquier caso, el juez ha rechazado que la fiscalía pueda presentar elementos que podrían haber resultado perjudiciales para el republicano. Fundamental es la vieja cinta de una aparición en ‘Access Hollywood’ en la que Trump, entonces magnate inmobiliario y ya estrella de la televisión realidad, presumía de que, por su fama, podía “hacer lo que quiera” con las mujeres, incluyendo “cogerlas por el coño”. El equipo fiscal sí podrá leer la transcripción de esa cinta pero el jurado no escuchará esas palabras de la voz del imputado.
Merchan también ha prohibido a la fiscalía presentar durante el juicio tres acusaciones de acoso sexual contra Trump que surgieron después del rescate de ese video antiguo, afirmando que son «rumores, cotilleos».
Otra de las victorias parciales de su defensa es que Merchan no dejará que se presenten durante el juicio pruebas para intentar demostrar que Trump mantuvo una relación extramatrimonial cuando Melania Trump, su tercera esposa, estaba embarazada del hijo de ambos, Barron. En cambio el juez sí dejará que testifique la protagonista de esa supuesta aventura que Trump también niega, la exmodelo de ‘Playbloy’ Karen McDougal, cuya historia compró para silenciar el tabloide ‘National Enquirer’, propiedad de David Pecker, amigo del magnate y potencial testigo en el juicio.
En cualquier caso, la fiscalía se ha visto favorecida en su lucha contra el Enquirer y ha recibido permiso del juez para presentar pruebas que demuestren cómo Trump manipuló el tabloide para crear o borrar historias que podrían haber tenido un impacto en su campaña en 2016.
Selección del jurado
A lo largo de esos procedimientos, Trump ha estado manteniendo una actitud seria, conversando con regularidad con el abogado que dirige su defensa, Todd Blanche. El equipo de la fiscalía estaba al otro lado de la sala, mientras que otros 17 abogados del ministerio público, incluido el fiscal Bragg, se sentaban detrás de ellos.
Aún no había comenzado formalmente el juicio, que comenzará cuando se seleccione el jurado popular, compuesto por 12 miembros y seis suplentes, cuando se escriben estas líneas.
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