En un trágico incidente en una concurrida calle del sur de California (EE. UU.), un padre de cuatro hijos fue fatalmente tiroteado cuando un individuo, claramente alterado, comenzó a disparar indiscriminadamente contra vehículos en movimiento. Julio Rodarte, de 39 años, se vio envuelto en este violento acto mientras el perpetrador, armado con una pistola semiautomática, abría fuego en State Street, en San Jacinto, en el condado de Riverside.
La escena, capturada en imágenes de vigilancia que circularon posteriormente, muestra a Rodarte caminando por la acera frente a un lavadero de autos, sosteniendo una pistola, y disparando sin piedad contra los vehículos que pasaban por la calle.
Este suceso, más allá de su impacto devastador, subraya la necesidad de abordar la violencia armada y la importancia de garantizar la seguridad pública en nuestras comunidades. La pérdida de vidas inocentes como la de Julio Rodarte es una tragedia incomprensible que debe generar un llamado a la acción para prevenir futuros actos de violencia.
Antes del tiroteo, Rodarte aparentemente se había detenido en una tienda local e intentó comprar una botella licor, pero no tenía suficiente dinero, según documentó el medio ABC 7 . Momentos después comenzó a disparar, al parecer, de la frustración por no poder comprar la bebida alcohólica, según dijo la policía de la zona.
Enrique Torres, propietario del local comercial ubicada cerca del tiroteo, dijo a ese medio que escuchó por lo menos unos 30 disparos mientras trabajaba; también aseguró que vio al pistolero deshacerse del cargador y del arma antes de desnudarse.
“Estaba completamente desnudo y siguió caminando. Y fue entonces cuando llamaron a la policía”, dijo Tores.
Minutos después, Rodarte fue arrestado y acusado de asesinato con malicia, 10 cargos de intento de asesinato, robo y resistencia al arresto.
Según el New York Post, la víctima mortal de la balacera respondía al nombre de Víctor Hugo León, de 42 años.