Este lunes, el general Aharon Haliva, líder de la inteligencia militar israelí, anunció su renuncia debido a su «responsabilidad» en el ataque sin precedentes de Hamás que provocó la guerra en Gaza, en la que Israel prometió aplicar más «duras sanciones» al movimiento islamista.
Israel está llevando a cabo una ofensiva en el territorio palestino y el lunes se celebrará la Pascua judía, conocida como Pésaj. Esta festividad es una de las más importantes del calendario hebreo y se caracteriza por la falta de 129 rehenes en Gaza desde el 7 de octubre.
En la noche anterior a la celebración, Benjamin Netanyahu, el líder de Israel, se comprometió a aplicar una acción «enérgica» contra Hamás. En un video, afirmó que aumentarían la presión militar y política sobre Hamás en los próximos días, ya que es la única forma de liberar a nuestros rehenes y lograr nuestra victoria.
El general Aharon Haliva, quien fue el primer líder político o militar de alto rango en dimitir desde el ataque del 7 de octubre perpetrado por los comandos de Hamás, reconoció su «responsabilidad» en las decisiones de seguridad que permitieron la entrada de los islamistas en el sur de Israel.
El ejército declaró que después de 38 años de servicio militar, el general Haliva «ha solicitado el cese de sus funciones».
Mas de 200 días de cautiverio
El ataque del 7 de octubre, el más sangriento desde la creación de Estado de Israel en 1948, causó 1.170 muertos, la mayoría civiles, según un balance de la AFP a partir de datos oficiales. En represalia, Israel prometió “aniquilar” Hamás, en el poder en la Franja de Gaza desde 2007, y lanzó una ofensiva militar que hasta ahora ha dejado 34.151 muertos, sobre todo mujeres y menores, según el ministerio de Salud del enclave.
Después de más de seis meses de combates y bombardeos en el territorio palestino, que se encuentra en una grave crisis humanitaria, el general Herzi Halevi, el jefe del Estado Mayor israelí, aprobó el domingo «las próximas etapas de la guerra», según Daniel Hagari, portavoz del ejército.
Netanyahu sigue insistiendo en llevar a cabo una ofensiva terrestre en Rafah, situado en el extremo sur de la Franja, donde se hacinan 1,5 millones de personas, la mayoría de ellas desplazadas.
En esta ciudad junto a la frontera cerrada con Egipto, las organizaciones humanitarias y una gran parte de la comunidad internacional se oponen a la operación debido al temor a un baño de sangre.
El ejército afirma que algunos de los capturados el 7 de octubre se encuentran en cautiverio en Rafah. Aquel día se registraron más de 250 secuestros y 129 personas todavía están en cautiverio en Gaza, de las cuales 34 habrían fallecido, según Israel.
“En Pésaj, se cumplen 200 días de cautiverio para los rehenes […]. Lucharemos hasta vuestro regreso con nosotros”, afirmó el portavoz del ejército.
50 cadáveres exhumados
El ejército israelí bombardeó el lunes los campamentos de refugiados de Nuseirat y Maghazi, así como el litoral en Deir el Balah, en el centro de la Franja de Gaza, y las ciudades de Rafah y Jan Yunis, en el sur, según un corresponsal de la AFP. Los bombardeos también alcanzaron el barrio de Zeitun, en la ciudad de Gaza, en el norte, y varios drones estallaron en el patio de una escuela, en el campamento de Al Bureij, en el centro.
El domingo, en Jan Yunis, la Defensa Civil informó que había exhumado al menos 50 cuerpos de palestinos que estaban enterrados en el interior del hospital Nasser, uno de los más grandes del territorio.
El portavoz de la Defensa Civil, Mahmud Bassal, expresó: «Algunos cuerpos estaban desnudos, lo que ciertamente indica que sufrieron tortura y abuso».
Los reporteros de la AFP observaron a miembros de la organización extraer cuerpos cerca del hospital, mientras que grupos de ciudadanos gazatíes se acercaron al lugar para buscar a los desaparecidos.
Entre ellos se encuentra Um Mohammed al Harazeen, cuyo esposo desapareció hace aproximadamente un mes. «Solo salía para traernos alimentos y agua. Cuando el ejército israelí entró en Jan Yunis, desapareció».
Este desafortunado descubrimiento ocurre en un momento en el que Estados Unidos aprobó una financiación militar de 13.000 millones de dólares para su aliado israelí.
Hamás opinó que la ayuda permite a Israel «continuar su brutal agresión contra los palestinos» y acusó a Washington de tener «responsabilidad política, jurídica y moral por los crímenes de guerra» cometidos por Israel.
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