Juan Orlando Hernández (JOH, por las siglas de su nombre) no solo pasará a la historia nacional por haber sido mandatario en dos periodos consecutivos desde que se instaló la nueva Carta Magna en 1982, sino que tras ser encontrado culpable se convierte en el primer ex gobernante de Latinoamérica en ser condenado por narcotráfico tras ser acusado directamente en una Corte de Estados Unidos.
El político hondureño fue encontrado culpable por tres delitos de narcotráfico por un jurado en la corte del distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos.
Se debe de destacar que el ex gobernante panameño Daniel Noriega varias décadas antes fue sentenciado por narcotráfico, pero pesaban sobre él otros crímenes; por consiguiente, el hondureño es el primero del hemisferio latinoamericano en ser acusado, extraditado y sentenciado por narcotráfico.
Hernández comenzó una carrera hace 30 años en la política hondureña con el Partido Nacional, cuando resultó electo diputado por ese instituto político en el Congreso Nacional en el año de 1997.
Posteriormente, fue escalando posiciones dentro de su partido y logró convertirse en el presidente del Legislativo en el 2014, para luego lograr la presidencia de la República de Honduras en el 2014.
Hace historia al convertirse nuevamente en candidato para un segundo periodo, luego que la Sala de lo Constitucional emitiera un fallo para este propósito, algo que era prohibido por la actual constitución que no permite la reelección.
La mencionada sala del poder Judicial falló a favor de un recurso de inaplicabilidad al artículo 239 de la Constitución, lo cual permitió su cuestionada reelección presidencial.
Su segundo mandato estuvo fuertemente marcado por la impopularidad, severos señalamientos de corrupción en su administración y la vinculación de traficar drogas mediante su hermano Antonio, ‘Tony’ Hernández, quien actualmente purga cadenas perpetuas más 30 años en una cárcel de ese país de Norteamérica.
Primer presidente latinoamericano condenado por narcotráfico
JOH, será el segundo expresidente de Honduras y el cuarto de Centroamérica que cumplirá una pena de prisión en las cárceles de Estados Unidos.
Cabe recordar, que primeramente sería el expresidente Rafael Leonardo Callejas (1990-1994), fallecido en el 2020, el primer exmandatario hondureño en enfrentar la justicia estadounidense, solo que su caso fue por corrupción en el famoso e internacional caso del «FIFA Gate».
Después de solicitar su extradición, los Estados Unidos lo sentenció a Callejas a 40 años de prisión domiciliaria por delitos de delincuencia, falsificación y blanqueo de capitales.
Callejas admitió en el escándalo conocido como «FIFA Gate», que trató de casos de corrupción en la federación de fútbol mundial que se desató en 2015, haber recibido sobornos. Murió de un paro cardiaco en su hogar en Atlanta, Georgia, en 2020 debido a la leucemia.
En un ambiente muy hermético, donde apenas con pocos parientes fue sepultado en Honduras en medio de la pandemia de Covid-19 que mantenía en cuarentena al país y el resto del mundo.
Otro caso fue el del dictador panameño Manuel Noriega (1983-1989), una de las figuras más importantes de la región en los años 1980. Aunque fue considerado un «aliado» de Washington, debido a la especificidad de la violencia en ese momento, esto no condujo a su caída.
Noriega fue arrestado tras la segunda invasión estadounidense a Panamá y sentenciado a 40 años de prisión por sus vínculos con el cartel de Medellín, liderado por el famoso narcotraficante Pablo Escobar.
Después de 20 años en una prisión federal de Miami, fue extraditado a Francia y condenado por lavado de dinero en 2010. Un año después, lo enviaron a Panamá, donde murió bajo custodia en 2018.
Por su parte, Alfonso Portillo, quien fue presidente de Guatemala entre 2000 y 2004 fue extraditado a Estados Unidos en 2013 para responder a las acusaciones de haber recibido sobornos por parte del gobierno de Taiwán a cambio de mantener las relaciones diplomáticas entre ambos países. Sin embargo, Portillo regresó a Guatemala después de cumplir una condena de 70 meses.
El caso del expresidente Juan Orlando Hernández sirve como ejemplo de cómo el narcotráfico ha alcanzado las más altas esferas del poder y se ha abusado del poder para permitir que grupos criminales operen en Honduras, a cambio de sobornos y financiamiento de campañas.