«Kamala Harris vence a Trump en el debate: ¿será suficiente para conquistar la presidencia de EE.UU.?»

Los asesores del expresidente republicano lo compararon con el boxeador Mohammed Ali poco antes del debate del martes en Filadelfia entre Kamala Harris y Donald Trump. Ali es considerado el mejor boxeador de todos los tiempos y es reconocido por su velocidad e improvisación al golpear a sus oponentes.

“Trump es como Alí. Puedes prepararte todo lo que quieras, como lo viene haciendo Harris, pero es poco lo que puedes hacer cuando estas frente a una máquina que te dispara desde todos los ángulos”, dijo Jason Miller, uno de sus más cercanos colaboradores.

A pesar de los «doce asaltos», o el encuentro esperado entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos durante 100 minutos, el resultado fue muy diferente a la realidad.

David Axelrod, un estratega demócrata, comparó esto con la golpiza que Trevor Berbick le dio a Ali en su última pelea en 1981, donde perdió por decisión unánime.

Las encuestas

Aunque Trump abandonó la reunión citando encuestas falsas que lo indicaban como el vencedor, los sondeos posteriores, los analistas, los medios de comunicación e incluso las voces republicanas confirmaron la impresionante reunión de Harris frente a un expresidente que se mantuvo a la defensiva y esquivó golpes de izquierda.

Además, un 47 por ciento de los encuestados dijo que votaría por el demócrata en comparación con un 42 por ciento que lo haría por el republicano, a quien muchos, otro 52 por ciento, consideraron «muy viejo» para liderar la Casa Blanca.

Las encuestas de CNN, el Washington Post (entre independientes) y otras mostraron resultados similares, con una diferencia aún mayor entre los ganadores y los perdedores.

“Diría que Harris claramente ganó el debate. Fue capaz de meterse en la piel de Trump con sus ataques bien preparados, espichar sus botones y ponerlo a la defensiva durante la mayor parte del tiempo”, manifestó el estratega republicano Ron Bonjean.

En muchos aspectos, hubo notables diferencias. Primero, el cuerpo. La vicepresidenta parecía estar en control y presidenciable desde el momento en que saludó, que Harris buscó con un apretón de manos, hasta el momento en que respondió con compostura. Por otro lado, Trump se encuentra en un estado de ánimo desagradable y con una expresión agria.

Una representación significativa debido a la corta duración de su campaña (solo siete semanas después de la intempestiva retirada del presidente Joe Biden) y las reservas que aún tiene su candidatura entre una parte de los ciudadanos estadounidenses.

Harris demostró su experiencia en política exterior al abordar los temas más importantes en la campaña, como Oriente Próximo, China, Rusia y Ucrania, así como propuestas concretas en economía. Además, defendió con firmeza los temas de la agenda interna, como el derecho al aborto y la preservación de la democracia, que, según ella, están en peligro debido a las tendencias autocráticas del expresidente.

Sin embargo, los expertos destacaron su habilidad para molestar a Trump al sugerir que sus campañas eran aburridas, lo que generó frases que se convirtieron en memes instantáneos.

No obstante, los expertos resaltaron su habilidad para irritar a Trump al sugerir que sus campañas eran aburridas, lo que provocó la creación de frases que se convirtieron en memes instantáneos.

Como cuando Trump dijo que en un pueblo de Ohio los inmigrantes haitianos se estaban “comiendo a perros y gatos” o que solo tenía un “concepto de plan” para la prestación del servicio de salud.

Naturalmente, Trump también sufrió daños. Particularmente al final del encuentro, cuando le demostró a Harris que solo era una copia de Biden y ahora prometió una serie de promesas que debió haber cumplido durante sus tres años y medio en la Casa Blanca.

Sin embargo, en sumatoria, fueron más los malos momentos para Trump. Tanto así, que el jueves, dos días después, un iracundo expresidente descartó un posible segundo debate.

“Trump está débil y desesperado. Otro mal debate sería el fin de su carrera”, apuntó el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker.

Muchos piensan que eventualmente cambiará de opinión. Sobre todo, si los ataques de Harris, a los que ya lo llaman una «gallina», tienen éxito.

La vicepresidenta, además, cerró la semana con dos noticias que podrían tener alto impacto en los 50 días que les restan a las elecciones.

Por un lado, el apoyo ofrecido por la popular cantante Taylor Swift, que cuenta con millones de fieles seguidores, especialmente jóvenes mujeres de raza blanca.

Aunque no se sabe con certeza si el apoyo de celebridades como estas realmente tiene un impacto en el voto, casi un millón de personas, en su mayoría nuevos votantes, visitaron las páginas oficiales en las 48 horas que siguieron al anuncio de Swift.

Algo que podría pesar en estados que están en constante cambio, como Pensilvania, donde Swift nació, y que podría cambiar las cosas este próximo 5 de noviembre.

Al mismo tiempo, como resultado del debate, la campaña de Harris obtuvo casi 50 millones de dólares en donaciones en un solo día, lo que representa la cantidad más alta desde que anunció su candidatura en julio. Esto le permite llegar a la recta final con una suma de más de 400 millones de dólares, en comparación con los 295 millones de dólares de Trump en su campaña.

Se sabe que los fondos son cruciales para este tipo de campañas, ya que les permiten adquirir más publicidad y tener presencia en estados importantes.

Una carrera apretada

Después de todo, no hay evidencia de que Harris, a pesar de su exitosa noche, sea la preferida en este momento.

Los expertos recuerdan cómo los ganadores evidentes en debates previos (como Hillary Clinton en 2016 o Mitt Romney en 2012) perdieron las elecciones.

Clinton se enfrentó a Trump directamente, mientras que Romney se desplomó ante el presidente Barack Obama, quien se recuperó en los debates posteriores.

“Aunque los debates pueden tener un efecto trampolín, este a veces es solo temporal. Algo probable en este caso donde una gran mayoría de votantes ya tiene una clara idea de sus preferencias y en un ambiente tan polarizado”, afirma Larry Sabato, de la Universidad de Virginia.

Por ejemplo, la misma encuesta realizada por CNN encontró que solo un 4% de los espectadores dijeron que la reunión los había hecho cambiar de opinión sobre Harris.

Aunque las opiniones después de estas reuniones son difíciles de medir con precisión, la situación actual indica una carrera muy exigente.

En los promedios de encuestas nacionales que utilizan portales como 538 y Race to the White House, Harris obtiene una ventaja sobre Trump entre el 2,6 % y el 3 %. Clinton tenía una ventaja de 5 puntos sobre Trump en esta etapa de la carrera, pero finalmente perdió.

Además, los sondeos más recientes previos al debate, realizados por Sienna College, el New York Times y Yougov, indicaban una carrera empatada o incluso favorable a Trump (en la versión del Times).

En los siete estados que determinarán las elecciones (Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Arizona, Georgia y Nevada), se esperaba una competencia dura entre Harris y Trump en los tres primeros estados, con una diferencia de uno o dos puntos, y Trump en los otros cuatro, con una diferencia similar y dentro del margen de error.

“La mejor manera de pensar sobre esto, por más anticlimático que suene, es que las elecciones estaban apretadas antes del debate y seguirán apretadas después. No hubo un golpe demoledor o un nocaut. Tampoco es claro que su desempeño haya convencido a los pocos indecisos que quedan en este ciclo”, sostiene Bonjean, el estratega republicano.

En realidad, lo que Trump ha demostrado a lo largo de los años es su capacidad para recuperarse. La percepción de su base de votantes, que sigue siendo firme y aparentemente inamovible, no ha sido alterada por juicios de destitución, procesos judiciales, acusaciones de violación sexual y abuso o esfuerzos por desconocer los resultados de las elecciones del 2020.

Harris, a pesar de los excelentes debates que ha tenido y de su presentación como la candidata del cambio, se enfrenta a todas las dificultades de la administración de Biden, de la que forma parte.

La mayoría de las encuestas indican que los dos temas que más preocupan a los electores son los relacionados con el alto costo de vida por la inflación y la crisis de inmigrantes en la frontera sur.

Los expertos afirman que la vicepresidenta tiene el mayor potencial para desarrollarse y no hay duda de que la semana ha sido satisfactoria. Sin embargo, nadie está seguro de si será suficiente para él al mismo tiempo.

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