En Karakum, Turkmenistán, se encuentra un cráter con llamas que siguen activas desde hace muchos años y por ellos se denomina ‘La Puerta del Infierno’, el cual siempre intriga a la comunidad científica.
Este fenómeno, también conocido como la ‘Puerta al Infierno’ o ‘Cráter de Darvaza’, es un gran cráter en llamas que lleva ardiendo más de cinco décadas, emitiendo un resplandor naranja en medio de la oscuridad del desierto.
El origen se remonta desde la década de los setenta, cuando un grupo de científicos soviéticos realizaban perforaciones para encontrar gas en la región.
Durante las perforaciones se encontró una enorme caverna con gas natural, pero el suelo cedió, dejando un cráter de 70 metros de diámetro expuesto; por consiguiente, para evitar la propagación de gas, se decidió prenderle fuego; sin embargo, cinco décadas más tarde continua en llamas.
La ‘Puerta del Infierno’ se encuentra en el desierto de Karakum, cerca del pueblo de Darvaza, en Turkmenistán, en Asia Central. Rodeada de kilómetros de arena árida, esta maravilla natural atrae a científicos, aventureros y turistas de todo el mundo.
Curiosidades
- Atracción turística: A pesar de su ubicación remota y desolada, el cráter atrae a miles de visitantes cada año, deseosos de presenciar esta maravilla ardiente con sus propios ojos.
- Leyendas locales: Los habitantes locales han tejido leyendas en torno a la ‘Puerta del Infierno’, creyendo que la llama es una manifestación de fuerzas sobrenaturales.
- Estudios científicos: A lo largo de los años, la ‘Puerta del Infierno’ ha sido objeto de numerosos estudios científicos, que buscan comprender mejor la composición del gas que alimenta las llamas y su impacto en el medio ambiente.
- Escenario cinematográfico: Esta impresionante maravilla natural ha servido como telón de fondo para varias películas y documentales, agregando a su aura de misterio y maravilla.
La ´Puerta del Infierno´ es un recordatorio de la complejidad y la belleza de la naturaleza, así como de la capacidad humana para alterarla de formas sorprendentes y, a veces, permanentes.
Este fenómeno de la naturaleza, que fue provocado por la mano del hombre, seguirá fascinando a aquellos que se aventuran a ver su brillo en medio de la noche en el desierto de Karakum mientras la llama siga ardiendo.
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