Samut Prakan, Tailandia – Arom Arunroj, una mujer de 64 años, vivió un aterrador incidente en la cocina de su casa en Samut Prakan, al sur de Bangkok, cuando una pitón gigante la atacó. La serpiente, que pesaba más de 20 kilogramos y medía aproximadamente cuatro metros de largo, mordió el muslo de Arom, la derribó al suelo e intentó estrangularla durante más de dos horas.
El suceso ocurrió mientras Arom estaba lavando platos. Según su relato a la prensa local, sintió un pinchazo agudo en la pierna y, al girarse, se encontró cara a cara con la serpiente. A pesar de sus esfuerzos por luchar contra la fuerza del reptil y gritar pidiendo ayuda, nadie la escuchó.
Instintivamente, Arom trató de sujetar la cabeza de la pitón para evitar que la constricción afectara sus órganos vitales. Sin embargo, tras una hora y media de lucha, comenzó a experimentar asfixia. Fue entonces cuando un vecino escuchó sus gritos desesperados y alertó a los servicios de emergencia.
El sargento de policía Anusorn Wongmali fue el primero en llegar al lugar. Al escuchar una voz débil proveniente del interior de la casa, derribó la puerta. Según el sargento, Arom había estado siendo estrangulada por un tiempo considerable, ya que su piel estaba pálida. Tras apartar a la serpiente, observó marcas de mordedura en su pierna, sugiriendo que podría haber más heridas en su cuerpo.
Arom fue rápidamente trasladada al hospital, donde recibió tratamiento médico. Actualmente se encuentra fuera de peligro. Aunque las pitones no son venenosas, sus mordeduras pueden transmitir enfermedades potencialmente letales si no se tratan a tiempo, y su método de caza, que consiste en envolver y estrangular a sus presas, representa un grave riesgo.
La policía solicitó el apoyo de la fundación de rescate de animales She Poh Tek Tung, quienes lograron capturar a la pitón y ponerla bajo protección. Este incidente resalta la preocupación sobre los ataques de serpientes en Tailandia, donde, según la oficina nacional de seguridad sanitaria, en 2023 se trató a alrededor de 12,000 personas por mordeduras de serpientes y otros animales venenosos, con al menos 26 muertes registradas.
Este episodio pone de manifiesto la necesidad de una mayor conciencia y medidas de seguridad en áreas donde la fauna salvaje pueda representar una amenaza para los residentes.