Resuelven el caso de un hombre que desapareció tras ir a un bar hace 57 años

Encuentran respuestas tras 56 años sobre la desaparición de Alfred Swinscoe

Un caso sin resolver finalmente llega a su conclusión

Luego de 56 años de incertidumbre y dolor, la familia de Alfred Swinscoe ha encontrado las respuestas que tanto buscaba. En 1967, Alfred, de 54 años, desapareció sin dejar rastro después de haber salido al baño en un bar en Inglaterra. Durante más de cinco décadas, sus seres queridos vivieron con la angustia de no saber qué le había sucedido. Ahora, un descubrimiento inesperado ha arrojado luz sobre lo ocurrido aquella fatídica noche de enero.

Una familia marcada por la incertidumbre

Tras la desaparición de Alfred, su familia se sumió en la confusión y la tristeza. En especial, sus seis hijos, quienes fueron criados bajo la sombra de un padre ausente. Su esposa, Caroline, con quien se había separado recientemente, nunca dejó de preguntarse si Alfred simplemente había decidido abandonar a su familia. Sin embargo, uno de sus hijos, Gary, siempre mantuvo la esperanza de encontrar respuestas. Lamentablemente, falleció en 2012 sin saber qué le había sucedido a su padre.

Para Russell, uno de los nietos de Alfred, que tenía solo cuatro años cuando desapareció, la tragedia fue un misterio que lo acompañó toda su vida. Durante años, creyó que la verdad nunca saldría a la luz, hasta que, en 2023, un hecho inesperado cambió todo.

Un descubrimiento inesperado

El giro en este caso se produjo cuando Russell encontró una publicación en las redes sociales de la policía local sobre un cuerpo encontrado en el campo de un granjero en Sutton-in-Ashfield, Nottinghamshire. El granjero, que había cavado una zanja para disuadir a los motociclistas de pruebas de dañar su tierra, halló huesos humanos y la ropa de un hombre enterrados junto a un bosquecillo. El esqueleto mostraba signos de haber sido brutalmente asesinado.

La policía compartió una imagen de unas medias que habían sido encontradas junto al cuerpo. Para Russell, fue un detalle clave que desbloqueó un antiguo recuerdo. «De repente recordé cuando era niño y jugaba con los calcetines de mi abuelo, esos calcetines negros tan distintivos», comentó en una entrevista con The Mirror. Con esta conexión emocional, se puso en contacto con la policía, que realizó pruebas de ADN y confirmó que el cuerpo pertenecía a su abuelo, Alfred Swinscoe.

Un asesinato violento

El descubrimiento no solo trajo respuestas, sino también detalles desgarradores sobre la muerte de Alfred. Según la policía, el hombre fue asesinado violentamente. Las pruebas forenses revelaron traumatismos en la cabeza y la mandíbula, aparentemente causados por el filo de una pala, y se cree que fue apuñalado después de sufrir estos golpes. Además, las heridas en las costillas y las manos indicaban que Alfred luchó por su vida antes de morir.

Otro aspecto inquietante es que el lugar donde se encontró el cuerpo era conocido en los años 60 como un punto de encuentro homosexual, en una época en que la homosexualidad era ilegal en el Reino Unido. Esto llevó a la policía a plantear varias teorías, incluyendo que Alfred podría haber descubierto algo que lo puso en peligro o que fue asesinado y enterrado allí porque los perpetradores sabían que pocos se atreverían a reportar algo sospechoso en ese lugar.

La conmoción de un cierre tardío

A pesar de que ahora la familia tiene algunas respuestas, muchas preguntas permanecen sin resolver. Russell, quien ha sido el principal encargado de seguir el caso en los últimos años, quedó con la inquietud de saber que dos de los principales sospechosos en el asesinato de su abuelo eran familiares cercanos de personas con quienes él había crecido y mantenido una relación cercana. Los asesinos ya han fallecido, lo que imposibilita que la justicia pueda llegar por completo.

En enero de este año, la familia finalmente pudo enterrar los restos de Alfred junto a su esposa Caroline y su hija Carol. Para Russell, aunque el entierro brindó algo de consuelo, la tragedia de que su padre, Gary, nunca haya sabido lo que le ocurrió a Alfred, sigue siendo un dolor difícil de superar.

Un consuelo agridulce

«Es un alivio saber que no nos abandonó y que ya no está perdido, pero es tan trágico que mi pobre tío Gary nunca supo qué le pasó a su padre», reflexionó Russell. El caso de Alfred Swinscoe es un recordatorio de que incluso después de muchos años, la verdad puede salir a la luz de formas inesperadas, pero no siempre brinda el cierre completo que las familias esperan.

Con este descubrimiento, la familia Swinscoe por fin puede encontrar algo de paz, aunque las sombras de ese pasado trágico permanecerán con ellos por siempre.