El complejo hotelero de Bürgenstock, situado en las montañas suizas, ha sido famoso por recibir a celebridades del cine y grandes inversores en el siglo XX. En el año 2002, se llevaron a cabo conversaciones entre el Gobierno y los insurgentes de Sudán para alcanzar un acuerdo de tregua en ese país.
Representantes de más de 90 naciones discutieron cómo lograr la paz en Ucrania este fin de semana (15-16 de junio). Sin embargo, en esta ocasión, los objetivos eran más insignificantes. China, su aliado, boicoteó el encuentro porque Rusia no estaba invitada y no mostró interés en asistir.
Los anfitriones suizos dijeron que solo esperaban establecer algunas bases para futuras conversaciones, en el camino hacia la paz. No obstante, Volodimir Zelenski, el líder de Ucrania, afirmó que se estaban produciendo eventos históricos.
La Conferencia sobre la Paz en Ucrania amplió su lista de invitados más allá de los partidarios habituales de Kiev, buscando evitar las acusaciones de resonancia entre las potencias occidentales.
El presidente de Kenia condenó a Moscú, al tiempo que pidió «a todas las partes en la guerra» que «suavicen sus posiciones», mientras que el ministro de Exteriores de Arabia Saudita habló de «compromisos difíciles» por asumir. Se notaron las diferencias entre quienes apoyan a Ucrania y algunos actores clave en África, Asia y América Latina. Los desaires y ausencias hablaron por sí mismos.
Mayoría apoya la declaración
Las conversaciones terminaron con una declaración respaldada por la gran mayoría de los asistentes, alrededor de 80 países, incluyendo a todos los miembros de la Unión Europea, Estados Unidos, Ghana, Kenia, Argentina, Colombia, Filipinas, Qatar y Guatemala.
«La guerra en curso de la Federación Rusa contra Ucrania continúa causando sufrimiento y destrucción humanos a gran escala, y creando riesgos y crisis con repercusiones globales para el mundo», se lee en el comunicado.
«Reafirmamos nuestro compromiso de abstenernos de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, los principios de soberanía, independencia e integridad territorial de todos los Estados, incluida Ucrania».
Los firmantes condenan las amenazas nucleares, advierten contra el uso de la seguridad alimentaria como arma, y piden un intercambio completo de prisioneros y el regreso de todos los niños ucranianos deportados y desplazados ilegalmente.
Brasil, México, India, Sudáfrica e Indonesia no firmaron
Pero, Brasil, México, India, Sudáfrica e Indonesia decidieron no respaldar el texto final, mostrando reticencias al enviar a Suiza a diplomáticos o ministros en lugar de sus mandatarios.
No es sorprendente, según Claude Rakisits, analista del Centro para la Seguridad, la Diplomacia y la Estrategia de Bruselas, que algunas naciones intentan equilibrar sus relaciones con Occidente y con Rusia y China.
Kiev acusó a Moscú y Pekín de presionar diplomáticamente a otros países para que no asistan a la cumbre, algo que China rechaza. La conferencia abordó temas mucho más amplios que Ucrania. Rakisits le dice a DW que se trataba de mantener el orden internacional.
«Esta cumbre demuestra que el apoyo internacional no se ha debilitado. Y que es fuerte», dijo a los periodistas el presidente ucraniano Zelenski. «Esta es la reunión más grande y de más alto nivel de países de todo el mundo para hablar sobre cómo avanzar hacia la paz en Ucrania, desde el inicio de la guerra. Esto es en sí mismo significativo», declaró también a DW el primer ministro irlandés, Simon Harris, al margen del encuentro.
Líderes occidentales, rechazan propuesta rusa
Antes de la reunión, Rusia presentó un supuesto plan de paz que requiere que Ucrania ceda importantes extensiones de su territorio y renuncie a su deseo de unirse a la alianza militar occidental de la OTAN. Rakisits cree que la propuesta de Moscú fue un esfuerzo por aprovechar la cumbre y distraer de las conversaciones en Suiza. Olaf Scholz, el líder del gobierno alemán, la rechazó porque consideró que no era importante.
«No creo que Putin esté en absoluto en posición de imponer condiciones», sostuvo el primer ministro irlandés. «La realidad es que cualquier acuerdo de paz, cualquier proceso de paz, debe estar en línea con el derecho internacional. Y todo derecho internacional respeta la integridad territorial de un país», subrayó a DW.
Como sea, «sigue siendo clave cómo y cuándo Rusia podría ser incluida en este proceso», recordó la presidenta de la Confederación Suiza, Viola Amherd, al cierre de las conversaciones. «Las discusiones de los últimos dos días han mostrado que hay diferentes puntos de vista. Pero lo más importante es nuestra comprensión de que un camino hacia la paz en Ucrania debe perseguirse sobre la base del derecho internacional», agregó.
Varios países expresaron interés en albergar futuras cumbres sobre la paz en Ucrania, según la mandataria suiza. Mientras tanto, Canadá planea reunir a ministros de Exteriores para discutir asuntos humanitarios en Ucrania. Aunque no se anunció un seguimiento oficial de las conversaciones.
«Está claro que para poner fin a la guerra se necesitan a ambas partes en la mesa», dijo el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, a los periodistas. «Mi trabajo y el de todos los diplomáticos ucranianos, y la prioridad del presidente Zelenski, es llevar a Ucrania a esa mesa en la posición más fuerte posible».
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