Sustancias químicas vinculadas al cáncer de mama se filtran en los alimentos

Estudio alerta sobre químicos carcinógenos en envases: un riesgo potencial para la salud

Una reciente investigación publicada en Frontiers in Toxicology ha encendido alarmas al advertir sobre la presencia de cerca de 200 sustancias químicas en envases de cartón, plásticos y resinas que podrían migrar a los alimentos que consumimos diariamente. Los científicos suizos responsables del estudio subrayan que muchos de estos compuestos están vinculados al desarrollo de cáncer, especialmente el cáncer de mama.

Químicos presentes en envases: un peligro invisible

Durante décadas, los envases plásticos y de cartón han sido utilizados para almacenar alimentos, pero la investigación sugiere que podrían ser una fuente de exposición a sustancias peligrosas. Entre los compuestos identificados, destacan las aminas aromáticas, benceno, estireno y otros químicos que han demostrado inducir tumores tanto en modelos animales como en humanos.

Lo más alarmante es que, según el estudio, alrededor del 80% de estos compuestos provienen de envases plásticos, incrementando significativamente el riesgo de exposición diaria. Estos productos químicos han sido encontrados incluso en la leche materna, en tejidos humanos y en sangre, lo que refleja su persistencia en el cuerpo humano y su capacidad para acumularse a lo largo del tiempo.

Sustancias carcinógenas: ¿qué tan graves son los riesgos?

El estudio destaca varios químicos de preocupación, como el benceno, un reconocido carcinógeno vinculado específicamente al cáncer de mama, además de otros como la 4,4′-metilenbis-(2-cloroanilina), relacionada con el cáncer de vejiga. Asimismo, se identificó el 2,4-toluendiamina, asociado al cáncer de mama y otros tipos de cáncer en modelos animales.

Otro grupo de sustancias destacadas en la investigación son los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), conocidos como «químicos permanentes» debido a su resistencia a degradarse en el ambiente. Estos compuestos se usan comúnmente en envoltorios de comida rápida o recipientes de bebidas para evitar la filtración de grasa y agua, lo que aumenta el riesgo de exposición para los consumidores.

Datos reveladores del estudio

La investigación se basó en 181 estudios de migración realizados en los últimos tres años y reveló que 76 carcinógenos potenciales están relacionados con el cáncer de mama. De ellos, el 80% provienen de plásticos, el 30% de materiales no especificados, el 28% de papel y cartón, y un menor porcentaje de metales y materiales compuestos.

Además, 10 de los 76 compuestos detectados han demostrado inducir tumores mamarios en modelos animales, como el benceno, el estireno y varias aminas aromáticas primarias. Otros 35 compuestos presentan propiedades genotóxicas, lo que significa que pueden dañar el ADN y provocar mutaciones o el desarrollo de cáncer.

¿Qué nos depara el futuro?

Los expertos destacan que este tipo de hallazgos subraya la necesidad urgente de revisar los estándares de seguridad de los envases en contacto con alimentos. Si bien algunos gobiernos y entidades regulatorias han comenzado a implementar restricciones en el uso de ciertos químicos, el desafío radica en identificar y controlar las sustancias migratorias no intencionadas que podrían estar afectando la salud pública.

En un mundo donde el uso de envases es inevitable, esta investigación pone sobre la mesa la importancia de buscar alternativas más seguras y sostenibles, para reducir los riesgos a los que estamos expuestos diariamente.