Alerta en EEUU por enfermedad del ciervo zombi

La mención de la palabra «zombi» evoca imágenes de mundos post-apocalípticos extraídos de la literatura y las películas de fantasía y terror, una realidad que aparentemente se encuentra distante.

Sin embargo, en este mismo 2023, muchos pudieron descubrir que el famoso hongo que infectó a la humanidad en la serie The Last Of Us existe en la realidad, aunque no hay evidencia de que pueda transformarnos en zombis. Este hongo parasita insectos, alterando su sistema nervioso y controlando su voluntad.

La ficción a menudo se inspira en eventos reales para construir sus narrativas, y la naturaleza, en particular, se revela como una fuente inagotable de curiosos recursos para tales propósitos.

En esta ocasión, el escenario de preocupación es el Parque Nacional de Yellowstone en Wyoming, Estados Unidos, donde, desde hace algunos meses, se propaga de manera lenta pero efectiva un agente patógeno que provoca una enfermedad neurológica mortal en animales de la familia de los cérvidos.

Sin embargo, este entorno natural no es el único afectado por este microorganismo, ya que, según informa el Servicio Geológico estadounidense, se ha estado extendiendo por otras zonas del continente norteamericano. Incluso, se han confirmado algunos casos aislados en Corea del Sur, evidenciando la preocupante capacidad de dispersión de este patógeno.

¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD DEL CIERVO ZOMBI?

Conocida coloquialmente con este inquietante nombre debido a los evidentes síntomas de deterioro físico y neurológico que experimentan los animales afectados, la enfermedad del desgaste crónico, caquexia crónica o CWD por sus siglas en inglés, es un trastorno neurodegenerativo causado por un agente infeccioso que provoca daños irreparables en el cerebro y el sistema nervioso: el prión.

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El prión, conformado por proteínas carentes de ADN, tiene la capacidad de replicarse en formas infecciosas y desencadenar diversos tipos de encefalopatías espongiformes transmisibles (EET) en el cuerpo de su huésped, siendo la CWD en ciervos, alces, caribúes y otros cérvidos una de las manifestaciones más destacadas.

Por lo tanto, el agente causal de la enfermedad del ciervo zombi no es un virus, bacteria o hongo, sino el desarrollo anormal de las partículas proteicas que se acumulan en las células, especialmente en el encéfalo.

Su evolución es gradual pero constante, con un periodo de incubación de aproximadamente 12 meses antes de que aparezcan los síntomas, los cuales empeoran con el tiempo. Lamentablemente, se trata de una condición letal para la cual no existen tratamientos ni vacunas disponibles en la actualidad.

La enfermedad del desgaste crónico ha sido identificada en cérvidos tanto en entornos salvajes como en cautiverio, abarcando áreas geográficas que incluyen los Estados Unidos, Canadá y Corea del Sur.

SÍNTOMAS Y TRANSMISIÓN

La sintomatología que suelen mostrar los individuos que contraen la enfermedad del desgaste crónico (CWD) incluye: 

  • Pérdida de masa corporal
  • Debilidad
  • Babeo
  • Letargo
  • Pérdida del equilibrio que causa tambaleos
  • Incapacidad de mantener erguida la cabeza
  • Mirada perdida

La transmisión de la enfermedad ocurre al entrar en contacto físico con los priones, que pueden encontrarse en los fluidos corporales de un animal infectado (orina, heces, saliva), en sus tejidos y músculos, o mediante la contaminación ambiental del suelo, los alimentos o el agua. Estas proteínas tienen la capacidad de persistir en el entorno durante períodos prolongados, incluso después de la muerte del huésped.

Por consiguiente, el consumo de la carne de un animal enfermo también puede desencadenar el desarrollo de esta enfermedad. Aunque hasta ahora se ha confirmado solo en la familia de los cérvidos, algunos estudios sugieren que también podría representar un riesgo para ciertos primates y ratones.

Hasta el momento, no existen evidencias científicas que indiquen que la enfermedad sea zoonótica y, por ende, pueda transmitirse a los humanos. No obstante, desde 1997, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre la importancia de evitar que los agentes infecciosos que provocan enfermedades priónicas entren en la cadena alimentaria humana.