Científica que más dinero genera en España no recibe ni un euro por sus descubrimientos

Giovanna Roncador, una bióloga, se encuentra en una situación «extraña». A pesar de que sus inventos generan una gran cantidad de dinero en España, ella no recibe ni un solo euro.

Roncador, nacido en la ciudad italiana de Trento hace 57 años, trabaja en una de las mejores instituciones especializadas en cáncer del mundo, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid.

Dirige la Unidad de Anticuerpos Monoclonales, moléculas que se diseñan en el laboratorio para unirse específicamente a determinadas células y poder, por ejemplo, diagnosticar linfomas.

La venta de estos anticuerpos a empresas internacionales genera aproximadamente un millón de euros al año en derechos de explotación para el CNIO, pero la institución no comparte los beneficios con los inventores desde 2020 debido a un lío burocrático kafkiano.

Ya no sé qué hacer, es una situación muy frustrante. Estoy realmente cansado y desmotivado, por eso he dejado de contactar empresas para licenciar los anticuerpos. ¿Por qué no se recompensa a los que trabajan bien? No importa si lo haces bien o mal

Giovanna Roncador

En el año 2000, Roncador fue contratada para ayudar a fundar el nuevo centro de referencia del cáncer en España, mientras trabajaba diseñando anticuerpos en la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Afirma que nadie se lo exigía, pero se encargaba de comunicarse con las empresas líderes para presentarles los avances después de cada nuevo anticuerpo desarrollado para la investigación del CNIO.

Roncador se encargaba de negociar los acuerdos con aquellos que mostraban interés, lo que generaba beneficios millonarios para su centro, una organización gubernamental vinculada al Ministerio de Ciencia.

Sin regalías

El mayor éxito de Roncador fue desarrollar un anticuerpo que se dirige específicamente a un subtipo de glóbulos blancos, lo que ha revelado nuevos mecanismos de la respuesta inmune. Su equipo lo diseñó con su colega Alison Banham, de la Universidad de Oxford.

La compañía británica recauda sus beneficios de explotación desde 2004, pero Roncador solo los recibió entre 2014, cuando el consejo del CNIO aprobó finalmente un reglamento de distribución, y 2019, justo antes de que el Ministerio de Hacienda suspendiera los pagos.

La bióloga pone un ejemplo. Si una empresa gana 100.000 euros al año vendiendo uno de sus anticuerpos, el CNIO recibe unos 15.000. Descontados los gastos y el porcentaje para la institución española, menos de 6.000 euros llegarían a los inventores.

En el caso de su anticuerpo más exitoso, casi la mitad iría a Oxford y, de los aproximadamente 3.000 euros restantes, Giovanna Roncador recibiría el 65% (unos 1.900 euros anuales); su mano derecha, la bióloga Lorena Maestre, el 28% (unos 800 euros), y el jefe de la Unidad de Producción de Proteínas, Jorge Martínez Torrecuadrada, el 7% (unos 200 euros). Roncador y Maestre, los más afectados porque son los que más dinero generan, demandaron al CNIO ante un juzgado de lo social de Madrid, el 19 de septiembre de 2022, para evitar la caducidad de sus derechos, según la documentación que han tenido.

La investigadora calcula que la venta de 65 de sus anticuerpos ha producido más de 8,5 millones de euros de ingresos netos en las arcas públicas del CNIO desde 2004.

La institución empezó a compartir beneficios con sus inventores en 2014, pero dejó de hacerlo con el dinero de 2020 y años siguientes. Un informe de la Intervención General de la Administración del Estado –órgano de control interno del sector público estatal– recomendó entonces “la suspensión inmediata” del sistema de distribución. «Es un concepto normativo, el de regalías, que no existe en nuestra legislación y carece de desarrollo normativo», defendieron los interventores, adscritos al Ministerio de Hacienda. El informe también sugirió recalcular los beneficios a la baja, deduciendo una mayor parte de los gastos del centro.

“Un sistema tan hiperburocratizado desalienta el espíritu emprendedor”, sostiene la científica. “Estoy cansada de invertir mi tiempo y energía en batallas que otros países de nuestro entorno han superado por completo”, subraya. El biólogo es el fundador y actual presidente de la Red Europea de Anticuerpos Monoclonales, con laboratorios en 13 países.