A pesar de las críticas negativas, al famoso director Francis Ford Coppola no le importa. Desde hace cuatro décadas, su película Megalópolis, que acaba de estrenarse en el Festival de Cine de Cannes, se había convertido en un sueño.
Después de la presentación, el director reflexionó sobre la idea original que tuvo a finales de los setenta del pasado siglo cuando intentó hacer un paralelismo entre el declive del Imperio Romano y el Estados Unidos moderno.
El creador de películas memorables como ‘The Godfather’ no esperaba que ese proyecto fuera tan importante para él en ese momento. No obstante, fue así.
Advirtió sobre la tendencia en el mundo actual hacia una «neoderecha», incluso «fascista», y eso es algo que «da miedo».
En ese contexto, enfatizó la importancia de los artistas para «iluminar lo que está pasando», trabajando juntos con personas de ideologías opuestas.
La obra es una historia futurista sobre la visión utópica del idolatrado arquitecto Caesar Catalina (Adam Driver) para su ciudad, con el objetivo de prevenir el colapso social en un mundo en completa decadencia.
Sin embargo, sus creencias chocan con la perspectiva más práctica del político sin vergüenza Franklyn Cicero, interpretada por Giancarlo Esposito.
Ganador de cinco premios Oscar, Coppola exploró antes el tema del colonialismo estadounidense y la guerra de Vietnam en ‘Apocalypse Now‘.
Muchas personas cuestionan sus efectos digitales excesivos en esta ocasión, así como sus referencias demasiado obvias a Donald Trump.
Durante una visita a Cuba para la inauguración de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños hace 36 años, el artista galardonado presentó por primera vez en América Latina su proyecto personal llamado Megalópolis, que ahora es una realidad.