En primer lugar, mencionó que la idea de esta serie surgió hace cinco años cuando estuvo obsesionado con la autocracia y los regímenes autoritarios. La premisa fundamental era explorar cómo una sociedad democrática podría deslizarse hacia la autocracia, examinando las complejidades políticas y sociales involucradas en este cambio.
Además, destacó que en Estados Unidos no existe una serie similar a esta, lo que le motivó a crear algo que desafiara las convenciones narrativas y ofreciera una perspectiva única sobre temas contemporáneos.
También explicó que todos los episodios de la producción fueron escritos antes de la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra entre Israel y Hamás. Temía que la audiencia pensara que los elementos de la serie estaban alineados con lo que estaba ocurriendo en Ucrania en ese momento, por lo que se esforzó en separar la ficción de la realidad política actual, manteniendo un enfoque en los temas subyacentes que han sido relevantes a lo largo de la historia.
Por otro lado, comentó que eligió a Kate Winslet como protagonista porque quería que la audiencia creyera que la actriz tenía la actitud necesaria para comandar a millones de personas. Winslet fue seleccionada no solo por su talento actoral probado, sino también por su capacidad para transmitir la complejidad emocional y psicológica del personaje principal.
Además, destacó su capacidad para manejar tanto la comedia como la tragedia del personaje que interpreta, lo que era crucial para la serie, ya que busca combinar elementos de humor negro con momentos de profunda reflexión sobre el poder y la responsabilidad.