El subdirector de la Unesco, Vida Helgesen alerta de que es necesario tener un sistema capaz de controlar en tiempo real qué sucede en los mares con la temperatura, la biodiversidad y la sobrepesca.
Los mares y océanos han sido durante muchos años invisibles en la crisis climática. La capacidad reguladora del clima de esta gran masa de agua y su función nutritiva en la humanidad están cambiando a un ritmo vertiginoso por el aumento de las temperaturas, la sobreexplotación de la pesca y las grandes agrupaciones de basura que se forman en los mares del mundo por las corrientes marinas.
Hay científicos que han alzado la voz ante un posible colapso de la corriente marina AMOC, que regula el clima templado en Europa.
«Es una de las grandes incertidumbres. Es posible evitarlo si emprendemos una acción climática eficaz y enérgica. Pero si continuamos con la trayectoria actual de emisiones de gases tendrá consecuencias dramáticas, aunque no sabemos del todo cuáles», advierte el responsable de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental.
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